miércoles, 27 de febrero de 2013

Piedra sobre piedra para levantar los muros de la historia



Los Millares, antiguo asentamiento que da nombre a toda una cultura de la Edad del Cobre. Un asentamiento que cuando visitas sientes la importancia que debió tener en aquella época. Un lugar donde hombres y mujeres durante generaciones vivieron y se aprovecharon de los recursos que el entorno les ofrecía. Cuesta creer cuando ves el asentamiento hoy día, que el lugar fuese un auténtico vergel con un Andarax pletórico y navegable con bosques de ribera y donde el encinar mediterráneo sea apoderaba del paisaje serrano. De aquella época poco queda ya, un cauce prácticamente seco durante todo el año, unas sierras despobladas de vegetación arbórea y el antiguo encinar relegado a las más altas cumbres de la Sierra Alhamilla.
Cuando visitas este lugar y ves la ciudad y sus defensas te vienen a la cabezas ciertas preguntas:
¿de qué se defendían?
¿quienes podían ser sus enemigos?
¿defendían algo más que la vida de sus habitantes en ese asentamiento?
Unas defensas tan poderosas y tan bien diseñadas debían tener un sentido y conociendo la época en la que se desarrollaron uno no ve el motivo de tan sofisticado sistema. Pero igual se me escapa algo, yo no estaba allí.
Este lugar tiene algo especial y ver esas piedras amontonadas dando lugar a muros de metros de altura y espesor, tiene la capacidad, para quien sea capaz de imaginar, para llevarte a la época y ver lo que esas piedras ahora en el suelo una vez fueron.

Sobre piedra vinieron a construir.
Piedra sobre piedra colocaron para levantar aquellos muros.
De la piedra sacaban el valioso cobre.
Para dormir entre piedras por la noche.
Piedras eternas que solamente el tiempo es capad de deshacer
Piedras perdidas en el tiempo para contar su historia
Piedras que vieron y que ahora ansían contar al viajero
Piedras para construir la historia de un pueblo



martes, 26 de febrero de 2013

Never endind road...



No hay camino corto ni camino largo solamente el camino que te marcas y sigues. El camino es recto en ocasiones, con curvas por momentos, pero es el camino a seguir sin lugar a dudas. No hay que dudar en ese caminar, no debes dejar de creer en que tus pies te llevarán, sin importar lo largo o tortuoso de el camino o si el camino es tan agradable que te invita a parar; hay que seguir caminando y creer que el camino es el correcto. Creo en este camino y quiero creer que es el camino correcto, porque mis pies me han hecho llegar a esta senda y mis pies no se equivocan.




Este camino que te lleva al Cortijo del Fraile es un camino que siempre he visto con posibilidades y que en las ocasiones que he tenido el placer de caminar por el con la cámara no le había cogido el pulso, pero el otro día por fin tome una imagen que me gusta. Las nubes se colocaban en el lugar apropiado y las pitas señalaba a las nubes como queriendo jugar con ellas. Y entre ambas a la espera de ser transitado y disfrutado, el camino. Recto y sugerente invita al paseo mientras el Sol se pone tras las montañas.

viernes, 22 de febrero de 2013

Panorama de soledad...


Sólo espero agradarte...
sólo espero que te pares a verme...
sólo espero a que te guste lo que ves...
y me retrates aunque sea por una vez...

Una y otra vez pasaba por ahí y este palmito se resistía a venir conmigo en mi cámara. El otro día se presentó una nueva ocasión y decidí retratarla con una panorámica. El cielo ayudaba en esta ocasión, pero el formato y la situación central aumentan las sensacoines que puede aportar esta imagen: soledad, decepción, pero a la vez alegría con la luz del horizonte, no se, cada cual puede opinar sobre lo que le hace sentir. Personalmente, me relaja, creo que es una buena imagen y quizás algún día la contemple colgada en alguna pared de mi casa (sino será alguna parecida con condiciones mejores, jeje)


La Meca . . . Islandia




Es La Meca el lugar de peregrinación de la cultura y religión islámica, el lugar a donde todo buen musulmán debe ir por lo menos una vez en la vida, el lugar donde encontrarás la paz interior caminado alrededor de una piedra negra convertida en un altar. Es Islandia por otro lado "La Meca", el lugar de peregrinación, el lugar a donde debe ir por lo menos una vez en la vida, el lugar donde encontrará la paz interior caminando entre piedras negras, todo fotógrafo de naturaleza y paisajista.
Islandia es el lugar en el que los elementos convergen en una orgía visual a la que ningún fotógrafo que se precie se puede resistir. Porque si has visto una imagen de Islandia, ya no tienes salvación, ya has caído en sus redes y su salvaje canto te embelesa desde la distancia. No importa lo lejos que te encuentres, escuchas su llamada, además una llamada personalizada, con tu nombre y apellidos...
Islandia es uno de esos lugares salvajes donde hay que perderse para conocer tu lugar en el mundo, nuestro pequeño lugar en el mundo. Y para ello te muestra los Pilares de la Tierra de forma literal, y te lo muestra con la mejor presentación, envuelto en un manto verde y con torrentes y cascadas por doquier.
Yo no soy diferente a otros fotógrafos de paisaje y siento su llamada, así que el otro día no pude aguantar más y me escapé a Islandia. Un viaje relámpago del que destaco esta imagen, una imagen donde se aprecia el material del que está constituido el Planeta Tierra, una imagen del material de los sueños del fotógrafo.

¡¡Bienvenidos a Svartifosss!!
El lugar donde todo es lo que es
el lugar donde nada es lo que parece
alzando mis columnas al cielo
surgidas hace tiempo desde el fuego del infierno
muestro mis formas para quien quiera disfrutarlas
para quien esté preparado para saborearlas



A estas alturas de la historia ¿sabrá la gente que me he ido a Islandia en viaje relámpago o pensarán que estoy en otro lugar más cercano a Almería? Estoy, he estado o estaré... el arte de la fotografía permite hacer volar la imaginación con imágenes que aunque cercanas evocan lugares lejanos en el espacio y el tiempo.
Ven a conocer la Islandia de Almería, ven a conocer la Calzada de los Gigantes de Irlanda en Almería, ven a conocer Cabo de Gata, un lugar surgido del fuego, para llevar al fotógrafo al paraíso de los sentidos...

martes, 19 de febrero de 2013

Al final, todos vivimos bajo el mismo cielo...


Una foto estelar sin mucho que reseñar, la verdad, simple y sencilla, que muestra una porción del cielo, una fracción del Universo. Una visión del cielo que me atrae especialmente, el cielo de Orión, el cielo del cazador y su perro. La verdad es que desde que miro al cielo estas dos constelaciones llaman poderosamente mi atención, y casi siempre que hago una sesión nocturna termino haciendo una foto a esta porción del cielo. Es junto al cielo de Escorpión en verano las porciones de cielo que más me gustan. Dejando a parte, el triángulo de constelaciones veraniegas que más me gustan: El Cisne (mi constelación favorita), El Águila y La Lira.
Cuenta una de las versiones de la leyenda de Orión que Artemisa estaba enfadada con el cazador Orión porque había perseguido amorosamente a sus compañeras las 7 pléyades, hijas de Atlante y de Pléyone. Ellas Huyeron a través de las praderas de Beocia hasta que los dioses las transformaron en palomas y las pusieron entre las estrellas, mientras que Orión fue mortalmente picado por un escorpión enviado por Artemisa... por ello en el cielo, no se pueden ver las constelaciones de Orión y el escorpión al mismo tiempo, porque son enemigos. y por eso el cazador Orión aparece persiguiendo a las Pléyades y cazando al toro mientras lleva consigo a sus dos perros.
En Almería, se dice que los pobladores de la región de los Vélez quisieron representar esta misma constelación y dibujaron nuestro conocido Indalo. Si os fijáis en la fotografía, podréis entender que efectivamente se parece a un Indalo.
Esta imagen está acompañada de unos gratos recuerdos por la compañía en la que me encontraba. 

Constelaciones de Orión, reconocible por su famoso cinturón y el Can Mayor debajo, reconocible por tener la estrella más brillante reconocible en el cielo (Sirio)

lunes, 11 de febrero de 2013

Sueña la Alhambra...


Una imagen mil veces vista desde otros ojos, una imagen mil veces soñada por los míos. Una imagen de un lugar de ensueño, una imagen de un lugar donde el sueño en ocasiones se hace realidad. Una imagen de una fortaleza soñada por una cultura y que ahora enseña su encanto a quien la visita. Una fortaleza que  no pudo proteger por siempre a las que la habitaban, pero por siempre permanecerá en la memoria de los que visitan la ciudad donde se levanta, siempre majestuosa, la Alhambra. A los pies de la Montaña del Sol ve como se va la luz día tras día, mientras espera alimentar la imaginación de aquellos que la admiran.

Y allí me encontraba yo, cerca de aquel lugar mágico, con el Sol cayendo por el oeste, enrojeciendo más si cabe las paredes de la Alhambra. Allí me encontraba yo disfrutando de la tarde y la compañía en un lugar que te invita a ...
La temperatura, el ambiente, esa música de fondo tocada por músicos de calle que crean una atmósfera todavía más mágica, los fotógrafos preparados para hacer fotos, gente de cualquier nacionalidad fascinada por lo que desde allí se puede contemplar y el borracho, ¡¡¡¡¡¡ah el borracho!!!!!! aquel simpático hombre que una y otra vez se quejaba amargamente de la vida, de su vida, y de lo que le habían hecho. Ese borracho valiente que habla con todos y con nadie, soltando palabras al viento para quien las quiera escuchar, palabras que se mezclan con los murmullos de todos los allí presentes y que poco caso recibían. ¡Oh borracho valiente! que cuando vio que una pareja del Cuerpo Nacional de Policía se acercaba, se atragantó y perdió su voz. Ya no había quejas, ya no había insultos, sólo cabeza baja y murmullos. Y allí se quedó el borracho que volvió a venirse arriba en cuanto la policía se marchó. Y yo seguí observando lo que ante mi se encontraba.

Y allí sentado sentía su cálido abrazo, y allí sentado la miraba, y allí sentado la soñaba, y allí sentado después de un día de caminata sintiendo su presencia, esperé a que el Sol nos brindara un brillo un rayo que resaltara su cara. Y una luz especial llegó y nada más importó alrededor porque no podía dejar de mirarla.

Sueña la Alhambra, sueña en la Alhambra.





martes, 5 de febrero de 2013

Nací en el Mediterráneo...



Nací cerca del mar azul, nací a orillas del Mar Mediterráneo
crecí viendo tu tranquilo azul, tu hipnótico turquesa y tu bravas espumas blancas
he caminado mucho tiempo a tu vera, escuchando tu canción milenaria
he estado mucho tiempo observando mientras me embriagaba tu olor
he tragado tus aguas en más de una ocasión
Junto al mar he esperado encontrar respuestas
Junto al mar algunas han sido encontradas
Junto al mar infinito trato de capturar la luz
Junto al mar infinito intento capturar su belleza
Nací cerca del mar...

Desde que nos trasladamos de la bendita Isla de Menorca, no he podido encontrar un lugar igual. Aguas transparentes cerca de la costa, aguas de azul inmenso en la profundidad, rocas blancas haciendo de balcón a aquellos pinos que sin miedo ansían contemplar el mar. Pero este fin de semana lo he podido encontrar. Un lugar que me ha recordado antiguos lugares, mientras el ambiente se ve impregnado de ese olor tan mediterráneo a romero, lavanda y pino.
Un lugar, que si bien no es más que una pequeña extensión de costa, constituye un gran tractor de recuerdos.
Caminando a la sombra de los pinos mientras entre sus tortuosas ramas se contempla el mar, es un gran placer que recomiendo a cualquiera de la misma manera que recomiendo el lugar que me ha traído tan buenas sensaciones.
El susodicho lugar es el Paraje Natural de los Acantilados de Maro - Cerro Gordo, cerca de Nerja (Málaga). Un lugar muy interesante y excelente para realizar un paseo dominguero en un lugar estupendo. Pero de todo el entorno la zona más interesante para mi y que tan buenos recuerdos me trae es el entorno de Cerro Gordo, sus acantilados blancos en contraste con el azul del mar junto a los pinos asomándose en muchos casos al abismo, es una imagen que tengo muy en mente desde pequeño cuando visitaba las calas menorquinas.

Un estupendo lugar, un estupendo fin de semana...
...un día junto al  azul Mediterráneo