viernes, 30 de marzo de 2012

Entre encinas y procesionarias


Este fin de semana pasado, completé un nuevo tramo del Sendero Sulayr, concretamente el que va desde La Polarda a La Roza, en sentido opuesto al propuesto, es decir, saliendo desde La Roza.
El tramo me resultó aburrido en su primera mitad, donde la pista forestal es la protagonista, cierto es que hay momentos en que las vistas de las cumbres mitigan ese aburrimiento, pero no deja de ser pesado caminar por una pista forestal, más si cabe cuando caminas entre pinos enfermos por la Procesionaria del pino. La pista estaba invadida por innumerables filas de esta procesionaria que se dirigen a un lugar donde enterrarse y completar su metamorfosis. Es increíble la cantidad e orugas que encontramos.
Llega un momento que la ruta toma otro color, dejamos la pista y nos adentramos en un sendero que sube ladera arriba entre el pinar, esto ya me parece más interesante, pero lo mejor está más arriba, abandonamos el pinar y entramos en uno de las mejores representaciones de encinar de Sierra Nevada, el Encinar de Montenegro. Este es un encinar precioso, con ejemplares de buen porte. Caminar por esta parte del sendero es una gozada, más si cabe cuando el día acompañaba para caminar. Una de las fotos que os dejo en esta ocasión corresponde al interior de este encinar, la nieve en las laderas adyacentes ayudaba a incrementar el encanto de este lugar, y aunque supongo que más entrado el calor, el paisaje se verá un tanto más áspero, si recomiendo esta visita para conocer este lugar, siempre con respeto y manteniendo limpio el lugar.
Más arriba, el encinar acaba y son los arbustos y rocas desnudas las que toman el protagonismo en el paisaje, un lugar increíble también. La segunda imagen pertenece a esa zona. Después nos adentramos nuevamente en el pinar para llegar al cortafuegos de la Polarda donde acaba este tramo. Después de eso me lancé a tumba abierta en un descenso fantástico lleno de sensaciones por estos lugares. Descendiendo corriendo hace que no disfrutes el paisaje visualmente, pero lo disfrutas de otra manera. Me lo pasé de fábula, quizás el mejor momento de la ruta. Corriendo esquivando ramas, saltando piedras y charcos, manteniendo el equilibrio en las zonas con nieve y hielo. La atención siempre puesta en el metro que tienes delante hace que liberes la mente de otras preocupaciones y puedes sentirte liberado por unos instantes. Impagable sensación.


jueves, 29 de marzo de 2012

Los no protagonistas


Una sesión típica en el Arrecife de las Sirenas, se basa en un 90% del tempo en buscar la mejor manera de mostrar la famosa chimenea del arrecife, ella es la protagonista indiscutible del lugar, se levanta orgullosa desde las profundidades para saludar y mostrar al mundo la misma cara. Pero en ese lugar también encontramos otros elementos que no son los más llamativos, los más bonitos, los más buscados, ¿acaso no aparecen en el mismo mar? ¿acaso no surgieron del mismo fenómeno? ¿Por qué nos empeñamos en quitarles protagonismo a esos elementos?

Por ello en esta ocasión, la protagonista es la roca del primer plano, ella se lleva mi atención, quiero rescatarla de la sombra de su hermana la modelo y demostrar que cualquier elemento puede ser bello si se trata con delicadeza. Esta es una foto del Arrecife, sí, la famosa está al fondo desenfocada y viendo como hoy no se va a llevar la gloria.

Quiero dedicar esta imagen a cualquier individuo o cosa que viva a la sombra del protagonismo de otros, porque también tienen su corazoncito, aunque sea de piedra, y tienen derecho a ser tomados en consideración y ser respetados, jejeje.

lunes, 12 de marzo de 2012

La sensación del descubrimiento


Subes una colina de no despreciable pendiente con piedras sueltas que dificultan el caminar con energía y eficiencia  encuentras un barranco que se dirige hacia el mar, abajo, siempre abajo, vas sorteando los diferentes recodos del descenso y cada vez te encuentras más cerca del sonido del bravo mar rompiendo en lo que quieres creer que es una pequeña cala de bolos, y sigues bajando en la convicción que lo que intuiste en el mapa y pudiste medio corroborar en Goggle Earth se haga realidad ante tus ojos, un nuevo enclave.
Y llegas y lo ves, pequeñita sí, pero salvaje, y más impresionante que lo que habías imaginado, una sonrisa de oreja a oreja preside tu rostro y piensas que ha merecido la pena caminar casi 40 minutos para llegar al lugar, arrastrando en ocasiones el culete y siempre buscando la seguridad. Muchas veces me preguntan ¿no te da cosa ir solo? Y yo respondo con otra pregunta ¿tú estarías dispuesto a arrastrar el culo y caminar dificultosamente para llegar a un sitio sólo por hacer una foto? Voy solo sí, con el riesgo que lleva meterse por sitios complicados, pero forma parte del juego, forma parte de esa descarga de adrealina que supone llegar a un sitio que poca gente conoce. Es lo que tiene la pasión por algo, que no puedes ver algo que otros sí ven y por mucho que digan, no haces mucho caso. Pero para tranquilizar al personal, yo soy el primero que valora las posibilidades de acceso si está muy complicado no arriesgo, eso que quede claro.
El mar rompe en la cala con una fuerza que asusta en ocasiones pienso que podría ser interesante meter los pies en el agua pero la pendiente de la zona donde los cantos rodados se unen al mar me indica que las olas rompe con bravura y no es aconsejable acercarse demasiado, jeje los peñascos en el mar me recuerdan, salvando las distancias al paisaje australiano de los apóstoles, y empiezo a dar vueltas por los escasos 40 metros de cala hacia arriba, hacia abajo, a un lado y a otro viendo posibilidades y voy pensando que es un sitio complicado al estar todos los elementos concentrados en tan poco espacio, no hay manera de dar amplitud. Pero disfruto del lugar y de hacer fotos. Aprovechando el mar alborotado intenté captar en la mayoría de las instantáneas el movimiento de esas fuerzas que han esculpido a lo largo del tiempo tan singular enclave.
Se va la luz y hay que volver, para no dar tanta vuelta decido trepar ladera arriba, como las cabras, sin mayor dificultad que el cansancio por la pendiente, pero sin resbalones ni tropezones, siempre con seguridad, una vez arriba, me paro un segundo para apuntarme mi vuelta en un día de aguas calmadas para seguir buscando más vistas al lugar y pensando también cual será mi próximo descubrimiento.
Panorámica de 5 imágenes: ISO 200, f11, 18 mm 4s

jueves, 8 de marzo de 2012

Hablando con las piedras II


Hace un par de entradas publiqué unas fotos tomadas a una zona de la costa cercana a la capital almeriense donde podíamos encontrar muchas rocas para jugar con ellas y practicar composiciones. Esta es la segunda parte, no en la misma zona, estas se encontraban en una zona más arenosa y más cerca de la ciudad, pero es un sitio igual de interesante.
La cosa va de parejas en esta ocasión, en ambos casos me gustó el contraste de tamaños y en la segunda de color.
Cada vez me gusta más esta zona marítima.
ISO 100, f25, 15s, 24 mm

ISO 100, f25, 25s, 40 mm

miércoles, 7 de marzo de 2012

Estoy orgulloso de este calcetín


Este fin de semana pasado se celebró en Sevilla el IV Encuentro Autonómico de Voluntariado Andalucía Compromiso Digital, del que soy un feliz voluntario y como actividad de esparcimiento se programó una salida nocturna en busca de los edificios más emblemáticos de la capital de Andalucía. Más de 500 personas viendo lo mismo que tu y pasando por el medio no son muy recomendbles para realizar fotografía nocturna, empujones y la celeridad del paseo no invitaban a relajarse mucho, y desde luego no podemos utilizar un trípode como sería preciso. Es en estos casos donde cada vez me gusta más este calcetín relleno, metidito en el bolsillo, bueno medio salido y medio metido en el bolsillo lo llevo a cualquier parte y lo puedo poner en un segundo en cualquier sitio, cámara puesta y a disparar larga exposición, en esta salida nocturno me he dado cuan eficaz es este invento, jejeje, gracias mente pensante que te dio por crearlo ese día, jajaja.

lunes, 5 de marzo de 2012

Hablando con las piedras


En ocasiones no hace falta ir muy lejos para practicar tu afición favorita, como en este caso, que fui a la zona de costa que se encuentra entre la ciudad de Almería y su Universidad, es una zona interesante para ejercitar la composición puesto que existen multitud de rocas sobre algunas playas de arena que se han ido formando con el paso del tiempo. Es interesante y entretenido componer en este lugar y en ocasiones es difícil aislar un elemento principal. En estas semanas he decidido visitar la zona en un par de ocasiones y os muestro el resultado de la primera sesión.
Esta pequeño conjunto de rocas me llamó la atención porque me recordaba a una tortuga, obviamente hay que andar sobrado de imaginación para verla (pero de eso no me falta, jeje) En la primera que muestro se ve mejor esa "tortuga", aunque la segunda es la que me gusta más, creo que es una buena composición.
Las rocas en esa zona están vestidas de verde, un verde precioso con las tenues luces del atardecer, y entonces podríais preguntar ¿dónde está el verde? pues me lo he comido, porque el cielo era un soso acompañanante y el paisaje de esa zona tampoco aporta nada especial así que decidí hacerla pensando en su posterior conversión al blanco y negro utilizando la larga exposición para primar la composición rocosa que es la protagonista. Luego al descargar, vi que los colores del cielo no me gustaban y me pedía a gritos quitar esos colores de mi vista, jejeje. El cielo soso y liso me pedía un procesado minimalista una vez más, me encantan este tipo de imágenes y desde que me salen medianamente respetables, pues más todavía, jeje. Lo siento por los amantes del color ;-) aunque si alguien siente interés y curiosidad por el color que me lo diga.

ISO 100, 18 mm, f16, 67s
ISO 100, 18 mm, f22, 30s



viernes, 2 de marzo de 2012

La oscura sombra de la memoria


Esta es una imagen de un trozo de historia de Almería, uno de los pasadizos que constituyen la red de los Refugios de la Guerra Civil. No voy a contar la historia de su construcción por que por internet se puede encontrar y mejor contado.
Sirva esta imagen para recordar aquellos angustiosos años y sobretodo los momentos de su utilización, cuando los rezos, sollozos y gritos ahogaban el ruido de las bombas en el exterior.
Una visita interesante para conocer algo de la historia de la ciudad.