Ayer, aprovechando el Día de la Constitución, hicimos una ruta fundamentalmente en coche por diversos pueblos de la Alpujarra tanto almeriense como granadina. Obviamente no nos quedamos en el coche sino no estaría comentando el buen día que pasamos con unas imágenes. De modo que aprovechamos la ruta para dar rienda suelta a nuestra afición por la fotografía en los pueblos y algunos enclaves naturales. Aunque por supuesto no sólo de fotografías vive una persona, también tenemos que llenar el estómago y aprovechamos para degustar platos típicos de la zona.
La ruta transcurrió por varios pueblos y finalizó como ruta en Bayárcal, donde comimos a base de bien. Si algo me resulta llamativo es que los pueblos que visitamos no tienen el encanto turístico que tienen los famosos pueblos granadinos de la Alpujarra alta, como Trévelez, Capileira. Lanjarón, etc; de hecho, me da la impresión que cuidan poco sus fisonomía tradicional en pos de una arquitectura más modena, cosa que está bien pero no debemos olvidar que cuando alguien va de visita a un pueblo de esas características quiere ver algo tradicional, ese aroma a antiguo que en las ciudades no existe y que da tranquilidad.
Estos pueblecillos tienen su encanto, sí, pero, no se, es quizás una cuestión muy subjetiva mía, puede que quizás tenga la mente contaminada por las vistas que me he traído de los pueblos de Granada que he comentado antes. Es cierto también que tampoco andamos demasiado por los pueblos como para encontrar enclaves con encanto, que seguro los tienen.
Tras la comida bajamos a un enclave muy interesante no desde el punto de vista etnológico, ya dejamos los pueblos para otra ocasión, sino desde el punto de vista natural. Se trata de un tramo de río flanqueado pos álamos y algún que otro castaño, un lugar interesante donde poder encontrar detalles del típico barranco serrano. Un par de semanas antes y hubiese sido fantástico el colorido que debía tener este lugar, pero estamos en las fechas en que estamos y el otoño da sus últimos coletazos, ramas desnudas y hojas en la tierra y el río es lo encontramos, pero, no obstante, el lugar está ahí para mejores ocasiones. Desde luego es en este lugar donde más apretamos el botón de disparo, jejeje, y donde nos vino a encontrar la oscuridad de la noche.
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