Fluyen los segundos, fluyen los minutos, fluyen las horas, fluyen los días, los meses y los años. Y en ese fluir nos encontramos nosotros, nuestros amigos, nuestros familiares. Es ese fluir el que nos moldea, es ese fluir el que nos separa, es ese flujo de tiempo el que nos une dejando al descubierto partes de nosotros que sin saberlo nos unían a otra persona de la misma manera que el flujo del agua retira la arena y deja al descubierto que la roca no está separada, sino que estaba unida, ese mismo flujo que lima y pule las asperezas de la roca.
El fluir puede ser suave y delicado o brusco y turbulento, hay momentos y momentos. Si la brusca marea enterró lo que unía a las personas, el flujo natural del tiempo volverá a dejar ver lo que los unió (más tarde o más temprano) aunque en ocasiones, se necesita tanto tiempo que ...
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