lunes, 27 de agosto de 2012

Y la noche llegó y ocurrió . . .



Y la noche llegó a este mágico rincón de Cabo Gata, un lugar con una energía especial, donde se pueden sentir cosas si estás atento. Esta foto de mi última salida con mis queridos Jesús Ferrer y su encantadora esposa Mar, muestra las cicatrices de la tierra que forjan el carácter de esta costa.
Como decía antes este lugar te hace ser capaz de sentir cosas que en otros lugares no puedes y esa tarde todo eran señales que algo se cocía en alguna parte: resbalones, la mente distraída, los ojos mirando el infinito y un runrun en el cuerpo que algo auguraba. La tranquilidad de este momento debería marcar el resto de mi noche. Respira profundamente muchacho que no pasa nada y como no, ahí estaba el cabo para despertar de la paz con olas que por sorpresa casi te mojan. ¿Más señales?



ISO 100 f16 30s (Primer plano), ISO 100 f16 8s (cielo)

1 comentario:

  1. Preciosa foto. Y buena reflexion.. Lo que no me gusta, que termino de leerlo y no me entero de lo que te sucedia. ¿esto es un continuará? o un me lo reservo.
    En cualquier caso, sigue viendo el mundo así, ya que como nos lo enseñas es precioso!

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