No hay camino corto ni camino largo solamente el camino que te marcas y sigues. El camino es recto en ocasiones, con curvas por momentos, pero es el camino a seguir sin lugar a dudas. No hay que dudar en ese caminar, no debes dejar de creer en que tus pies te llevarán, sin importar lo largo o tortuoso de el camino o si el camino es tan agradable que te invita a parar; hay que seguir caminando y creer que el camino es el correcto. Creo en este camino y quiero creer que es el camino correcto, porque mis pies me han hecho llegar a esta senda y mis pies no se equivocan.
Este camino que te lleva al Cortijo del Fraile es un camino que siempre he visto con posibilidades y que en las ocasiones que he tenido el placer de caminar por el con la cámara no le había cogido el pulso, pero el otro día por fin tome una imagen que me gusta. Las nubes se colocaban en el lugar apropiado y las pitas señalaba a las nubes como queriendo jugar con ellas. Y entre ambas a la espera de ser transitado y disfrutado, el camino. Recto y sugerente invita al paseo mientras el Sol se pone tras las montañas.
oohh..que bonito, y que recuerdos!
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