lunes, 3 de septiembre de 2012

Cuando ves esto...


Sábado 1 de septiembre de 2012. Pasadas las 6 de la tarde iniciamos el ascenso al emblemático y descarnado Chullo, la mayor altura en Almería. Una buena caminata nos esperaba por grandes pendientes a lo que añadiríamos las condiciones meteorológicas no tan favorables a nuestros intereses esa tarde noche. La idea es: ascender la montaña para contemplar la puesta de Sol, comer tranquilamente bajo las recien aparecidas estrellas mientras aparece la Luna, nuestro objetivo, ya que el regreso lo haríamos bañados por su luz. 
El cielo, parece no estar por la labor de permitirnos ver muchas estrellas o la Luna, está parcialmente nublado y parece que no van a dejar ver mucho, pero a pesar de eso el ascenso se realiza sin mayor inconveniente. Pasos firmes y decididos nos conducen a la cumbre, donde el viento moderado del oeste acrecienta la sensación de frío que por aquellas alturas y horas debía andar por debajo de los 10 ºC. Este viento, hace muy difícil la estancia en el lugar y complica la toma de imágenes de ta majestuoso paisaje.
Llegar el primero a la cima, hace que pases un momento de soledad, donde el cansancio de la subida se junta a diferentes pensamientos: sensaciones propias frente a lo realizado, personas con las que te gustaría estar en ese momento, personas que crees disfrutarían de hacer una ascensión así, fotos que quieres hacer o hacerte, etc; y mientras tus pensamientos van y vienen el viento te zarandea cuando intentas ponerte ropa de abrigo y el cielo va tomando una configuración y un colorcillo que hace entrever que vas a ser testigo de un bonito espectáculo.
Y efectivamente, el cielo toma color (las nubes no el cielo) el espectáculo es glorioso, hacía que no veía un cielo así, y la suerte de pillarlo en el único lugar de Almería donde tocar el cielo es posible. y te quedas embobado mirando el espectáculo, y sacas la cámara para retratar, y entonces se acaba el contemplar, hay que mirar por el visor, hay que mantener el equilibrio y disparar sin que salga la imagen trepidada. Osea que no disfrutas del espectáculo, jejeje. Se intuye que algo va a salir en condiciones y que si sale bien puede ser espectacular. Y en esas que decido hacer una panorámica del acontecimiento, siendo la imagen que muestro el resultado. 
Cuando veo la imagen me acuerdo del buen momento pasado, de lo bien que subí y del fresquito que hacía arriba. Cuando veo esta imagen recuerdo otros buenos momentos ocurridos ese mismo día y que recordé ya allí arriba. Es una bonita imagen que resume ese magnífico día vivido. Y que me recuerda que incluso cuando piensas que no puede ocurrirte, que lo bueno le toca siempre a otros, ZAS te toca a ti y tienes que disfrutarlo, tanto en la vida como en la fotografía.

Panorámica: 7 fotos individuales en formato horizontal.

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