martes, 19 de junio de 2012

Una mota de polvo en el Universo


"Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es nuestro hogar. Eso somos nosotros. Ahí ha vivido todo aquel de quien hayas oído hablar alguna vez, todos los seres humanos que han existido. La suma de todas nuestras alegrías y sufrimientos, miles de religiones seguras de sí mismas, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cada cobarde, cada creador y destructor de civilizaciones, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada niño esperanzado, cada madre y cada padre, cada inventor y explorador, cada maestro moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y cada pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí – en una mota de polvo suspendida en un rayo de sol. La Tierra es un muy pequeño escenario en una vasta arena cósmica. Piensa en los ríos de sangre vertida por todos esos generales y emperadores, para que, en gloria y triunfo, pudieran convertirse en amos momentáneos de una fracción de un punto. Piensa en las interminables crueldades cometidas por los habitantes de un lugar del punto sobre los apenas distinguibles habitantes de alguna otra parte del punto. Cuán frecuentes sus malentendidos, cuán ávidos están de matarse los unos a los otros, cómo de fervientes son sus odios. Nuestros posicionamientos, nuestra imaginada auto-importancia, la ilusión de que ocupamos una posición privilegiada en el Universo ... Todo eso es desafiado por este punto de luz pálida. Nuestro planeta es un solitario grano de polvo en la gran penumbra cósmica que todo lo envuelve. En nuestra oscuridad -en toda esta vastedad-, no hay ni un indicio de que vaya a llegar ayuda desde algún otro lugar para salvarnos de nosotros mismos. Dependemos sólo de nosotros mismos. La Tierra es el único mundo conocido hasta ahora que alberga vida. No hay ningún otro lugar, al menos en el futuro próximo, al cual nuestra especie pudiera migrar. Visitar, sí. Colonizar, aún no. Nos guste o no, en este momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad, y yo añadiría que formadora del carácter. En mi opinión, no hay quizá mejor demostración de la locura de la soberbia humana que esta distante imagen de nuestro minúsculo mundo. Para mí, subraya nuestra responsabilidad de tratarnos los unos a los otros más amable y compasivamente, y de preservar y querer ese punto azul pálido, el único hogar que jamás hemos conocido."
Carl Sagan, "Un punto azul pálido"

En esta ocasión os ofrezco una visión panorámica de las cumbres de la Sierra de los Filabres (Almería en las proximidades del Observatorio Astronómico de Calar Alto) Me fastidia no poder disfrutar de semejante espectáculo más abajo, pero estar inmerso en la fiebre amarilla de la contaminación lumínica de los núcleos urbanos no ayuda a poder contemplar en toda su gloria nuestro vecindario galáctico.
Contemplar el cielo nocturno es uno de esos placeres que todo el mundo debería poder saborear. En los tiempos que corren hemos olvidado mirar el cielo hemos olvidado las historias y leyendas que acompañaban las noches al raso de nuestros antepasados. Hemos olvidado el modo de disfrutar de un placer visual tan simple y barato como es levantar la vista a los cielos para ver de donde venimos.
Mirando al cielo y bajo esta inmensa y bella bóveda llena de pequeños puntitos luminosos flotando en la inmensidad de la oscuridad, las cosas terrenales pierden su importancia (por lo menos para mi) ya no me importa lo grande o pequeño que sea, ya no tiene sentido ser más o menos adinerado, simplemente estás ahí contemplando un espectáculo que vienen contemplando, admirando y venerando los seres humanos desde los albores de la humanidad. Un espectáculo que muchos se empeñan en quitarnos con unas luces que impiden su disfrute.
Allí arriba dejando las luces artificiales abajo la Vía Láctea, nuestra nave nodriza, nuestro vecindario, aparece como una nube difusa que cruza el cielo como un arco majestuoso. Y en ella en centro galáctico (Área de Sagitario) brilla especialmente convirtiéndose en una de esas zonas del cielo tan agradecidas de fotografiar.
Las fotos te saldrán mejor o peor y te las llevarás en la cámara, luego las mostrarás y la gente te dirá lo bonito que es, pero con la imagen no puedo transmitir las sensaciones sentidas en realidad bajo ese cielo. Y cuando me digan eso de que bonito es, les diré: sal de la ciudad levanta la vista al cielo y disfruta por un rato de lo que el Universo tiene para mostrarte. No tienes que saber los nombres de estrellas y constelaciones para disfrutar un momento de semejante espectáculo, sólo necesitas querer ver de donde vienes y sobre lo que vas montado viajando por el Universo.

Panorámica (2 fotografías): ISO 3200, 30s, f3,4, 20mm

En el cielo Escorpio, Sagitario, Casiopea, El Cisne La Lira, El Águila, etc; y sobretodo La vía Láctea con su núcleo sobre las luces de Almería capital y la zona de tabernas/sorbas. A la izquierda sobre la montaña veréis un punto que sobresale de la montaña, es una de las cúpulas del Observatorio. Más a la izquierda las luces de las poblaciones del Valle del Almanzora. ¡Qué difícil es escapar de esta maldita fiebre amarilla!



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