Este lugar siempre tiene algo especial, lo demuestra el gran número de imágenes que pululan por la red de esta iglesia, más cerca más lejos, desde la izquierda o la derecha desde enfrente o atrás, etc
Gustarme siempre me ha gustado esta iglesia, sobretodo cuando estaba en estado ruinoso, siempre tenía su encanto. Desde su restauración no le había dedicado una sesión, su nuevo exterior blanco y encalado había perdido para mi su encanto y carisma, ese que le daban los desconchones y grietas, jejeje. Pero esa noche surgió la oportunidad de hacer algo especial.
Una nocturna con la salida de la Luna y el cielo estrellado que permitía el poco resplandor de nuestro satélite en esos momentos. Al final resultó que su exterior blanco ayudó a que reflejase más la luz ambiental y que quedase bien iluminada sin necesidad de fuentes luminosas extra. Las nubes del cielo daban a la escena un ambiente irreal iluminadas por la Luna y en los huecos que dejaban las nubes aparecía la constelación de Escorpio con su magnífica Antares en su corazón. Por ahí también aparece nuestra galaxia, pero la Luna no me dejaba verla ni os dejará verla a vosotros. Yo se que está ahí así que sólo hay que volver en otra ocasión sin Luna para añadir otro elemento más a la imagen, habrá que pensar bien como diseñar esa imagen, jejeje.
Así aparece este Triángulo amoroso nocturno entre la Luna, la Iglesia y el Escorpión.
Fue uno de esos momentos en los que no confías, pero que sorprenden y das gracias por haber estado en tal lugar en ese momento. Momentos que si luego te cuentan o te muestran siempre se quedan cortos, porque uno tiene sus limitaciones para contar que veían sus ojos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario