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Mostrando entradas de junio, 2013

Llegó la Superluna, y yo todavía sigo ciego...

Noche cerrada del 22 al 23 a nivel del mar se recordará porque el Almería goleó y superó al Girona en el Playoff por el ascenso a la primera división del fútbol español, Desde aquí mi enhorabuena al equipo y a la ciudad porque se lo merecen. Ahora espero que no tenga que volver a perderme un ascenso del equipo (no quiero que vuelva a descender, jeje) Pero esa noche no estaba a nivel del mar, me encontraba a unos 2000 metros sobre el nivel del mar, en el Observatorio Astronómico de Calar Alto (orgullo de Almería, Andalucía y España) sentenciado muerte por la retirada de los fondos de nuestros socios alemanes, una verdadera lástima, pero no viene al caso ahora. El caso es que allí me encontraba yo junto a 16 personas más realizando una actividad de senderismo nocturno para Cruz Roja Almería  en una noche magnífica para realizar actividades al aire libre. Una velada estupenda en buena compañía en la que por mi parte, no podían faltar las fotografías. Quería aprovechar la coyunt...

Noches de mirar al cielo...

Llega el verano y las galerías fotográficas se inundan de fotografías galácticas y estelares. Es el tiempo de salir a la calle, al campo, de alejarse de las luces y sombras que en las ciudades nos ciegan para admirar el cielo. Buenas temperaturas y posiblemente una buena compañía harían que la noche fuese más agradable. Es el tiempo perfecto para fotografiar el cielo, para cargar con las linternas y poner al rojo vivo los sensores de las cámaras. Es el tiempo de luchar con los mosquitos y el sueño allí en el lugar y de pelear duro contra el ruido en casa delante del ordenador. Pero cuando obtienes resultados, todas las batallas se olvidan y quedan como anécdotas del fotógrafo. Las salidas en grupo son ideales para pasar un rato agradable y divertido, pero siento decir, que para obtener los resultados que uno quiere, debe hacer lo que uno quiere hacer y por desgracia, para eso lo normal es que se deba estar a solas en la oscuridad, acompañado quizás por el sonido de los grillos y...

La vida sigue igual...

Y esta noche no pude sino recordar lo bien que me lo pasé con la otra máquina y esta noche no estaba para demasiados menesteres fotográficos, esta noche andaba de un poco depre porque volvía a la vida fotográfica normal. La vida sigue igual... Contento por volver a utilizar mi adorada cámara de fotos, pero triste porque ambos conocemos las limitaciones del otro, pero contento por volver a hacer equipo. Se que mi Sony no tiene el mejor objetivo para estos menesteres, nunca lo ha tenido pues nunca se lo he podido obsequiar, pero hace lo que le pido sin rechistar demasiado y trabaja a destajo para ofrecerme lo mejor de lo mejor incluso en las peores condiciones posibles para ella. Mi sony ante la oscuridad más absoluta se asusta y tirita, volviéndose ruidosa como una niña pequeña asustada por la oscuridad más absoluta, pero cuando le das tiempo para que se adapte a la ausencia de luz, es capaz de captar hasta la más mínima traza de luz de su alrededor y la convierte en luz y color ...

Veladas galácticas y... ¡¡Muchísimas Gracias!!

El pasado fin de semana ha sido uno de esos que podríamos llamar especiales. Especial por la actividad realizada, especial por el sujeto de la actividad, especial por las personas que intervienen en la actividad. Por si no lo sabéis todavía, me encanta la noche, y no estoy hablando de la noche en la ciudad de bares y fiesta (que también) me refiero a la noche oscura silenciosa y estrellada. Y en el silencio y oscuridad de la noche hay una región del cielo que me apasiona y sobrecoge por encima de las demás. En alguna ocasión he comentado que me encanta la región de Orión, una preciosa constelación que tiene como escuderos a sus fieles perros, brillantes cada uno de ellos como el mismo cazador. Pero por encima de esa región, me fascina la región de Sagitario, allí donde se observa el centro galáctico allí donde se observa el centro de nuestra casa en el Universo. Este fin de semana pude disfrutar de esta región del cielo nocturno en compañía de una pareja con la que tenía apala...

Caminando hacia...

Algo he aprendido en el tiempo que llevo haciendo fotos, que la mejor foto no suele estar donde me bajo del coche, no suele estar al lado del camino; la mejor foto no es fácil de encontrar. Hay que caminar, hay que sudar, hay que moverse alrededor, subir bajar, arrastrarte, pincharte, tropezar y caer, mantener el equilibrio, mojarte, enfriarte o acalorarte, todo ello para llegar al lugar y quizás no encontrar lo que esperabas o encontrar lo que querías pero de una forma que no es la que deseabas, y la miras y remiras, y das vueltas y más vueltas y no lo ves, y te vas a dar por vencido porque no funciona como debiera porque a la primera no te entró como deseabas. Pero ahí estás ahí lo tienes, ¿Porqué te vas a ir sin dar alguna vuelta más? ¿Porqué no le das algunas vueltas más? dale otra oportunidad, con lo que te ha costado llegar... Y te quedas y le das más vueltas, y eh!! sorpresa!! ves algo, empiezas a ver que empieza a funcionar, todo empieza a encajar, lo que creías podía ser,...