Este fin de semana ha tocado acercarse a la costa tras unas sesiones en la montaña y el desierto siempre es agradable acercarse al mar y escuchar su sonido. La excusa perfecta fue una quedada fotográfica en uno de los enclaves más mágicos de la costa del Cabo de Gata: el Arrecife del Dedo. El viento de levante había soplado con intensidad en días anteriores y había levantado buenas olas por toda el área marítima del Cabo, por lo que lo que se buscaba era un lugar más confortable, donde el viento y la fuerte marejada no molestasen demasiado. Las sesiones fotográficas como siempre en buena compañía son más agradables y esperábamos que el cielo nos regalase uno de esos atardeceres que tardan en olvidarse, pero no fue así, las nubes pululaban por el horizonte tan lejos que casi no se podían ver por lo que el cielo andaba soso, pero era lo que nos había tocado en esa sesión así que había que intentar sacarle el máximo beneficio posible y creo que así fue, mis compañeros acabaron cont...
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