En la fotografía de la naturaleza y paisaje, no hay elemento que me llame más la atención que el bosque, por encima de la costa o la misma montaña. Las imágenes de bosque tiene un magnetismo que me atrapa, me embelesa, me enamora a simple vista. Y si añadimos a la imagen el toque de la niebla, estoy hablando de una imagen capaz de transportar mis pensamientos a mundos mágicos que sólo existen en el subconsciente colectivo de la sociedad donde los gnomos, las hadas, los duendes y toda clase de seres míticos y mágicos habitan y pasean con total impunidad. Por desgracia en Almería, no ya el fotógrafo sino también el senderista y amante de la naturaleza no dispone de mucho surtido como sí lo tiene cualquier persona que habite o visite el norte de España. Disponemos de grandes extensiónes de pinares e estupendo estado de conservación y en menor medida encontramos encinares, antaño extensos y en la actualidad en periodo de recuperación (el cambio climático puede jugar un papel muy importa...
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